lunes, 28 de julio de 2008

La Boda

Preciosa, fue una boda preciosa
Os cuento
El día no comenzó demasiado bien
Salimos de esta mi casa a las 9:40 de la mañana según lo previsto para dejar a la perra a las 10 en la guardería. De momento, cumplíamos con el planing, pero claro... acabábamos de salir de casa
A las 10 dejamos la perra en la guardería y salimos para Aranda de Duero, felices y contentos sin sospechar lo que se nos avecinaba
Después de dos horas y media sin incidentes de ningún tipo (AAAAAMEN) a 58 kilómetros de nuestro destino, el coche que hace un ruido raro y CLACKSSSSSSSSSSSSSS venga a entrar humo pa dentro
Acojone general en el habitáculo del vehículo. El hombre que para el coche y que empieza a gritar:" Todos fuera!! Todos fuera!!!" En cuestión de 3 segundos estamos todos fuera descalzos, sin bolso ni documentación, ni por supuesto teléfono, pero eso si, con nuestros chalequitos refrectantes por si no se nos veía a la 1 del medio día en una autovía de castilla toda recta y con un sol de morirse
El marido que mira el coche fijamente con la mirada del que espera que estalle pero no sabe cuando. Que ve que no ocurre nada más y que cual zorro, se acerca a su presa: EL capó del coche. Lo abre y suelta: “Jodeeeeeeeeerrrrrrrrrrr, el puto coche, que susto me ha cascao!” Abre el tapón del deposito de agua, lo mira y ve que hemos perdido el agua. Es un lince mi hombre. Vuelve a llenar el depósito de agua y anticongelante. Nos quitamos los chalecos (gran error) nos montamos en el coche, ponemos los cinturones y arrancamos de nuevo. Ni dos kilómetros duró la alegría, NI DOS KILOMETROS, que empezó a caer agua hirviendo dentro del coche, sobre el pié que mi costillo ponía en el acelerador. Vamos, que de chiste. Cuando encuentra un sitio adecuado paramos, por que claro, no se puede parar en un sitio que no nos gusta aunque te esté cayendo agua hirviendo sobre el pié, que las leyes de tráfico españolas son mu jodidas y los guardia civiles aparecen siempre en el peor momento excepto si los llamas. Ooooooooootra vez todos pa fuera con chaleco y descalzos. Cagontó!
Ahora ya si que mi bulldog se caga hasta en su padre y se mira el tobillo. No hay quemadura. Abre el capó de una hostia ya, que da miedo y se enfunda las manos en guantes de faena. Desmonta todo lo desmontable y dice: “Cari, hay que llamar a la grúa” (Toma sentencia de filósofo). Me da la risa floja, mi teléfono se acaba de quedar sin batería . Cogemos en cargador de coche y no vale para mi teléfono. Nos da la risa nerviosa.
De repente nos acordamos de que él, milagrosamente, ha cogido su movil, y llamamos a la grúa. En media hora está la grúa y un taxi. Nos cargan a todos y nos llevan a casa de mi hermano. A todo esto, mi madre, atacada de los nervios nos había llamado como 15 veces. Ya estábamos en casa a salvo y sanos. Abrazos, besos y mi padre que pregunta: “Es que, por que no os habéis venido con el otro coche?” Menos mal que mi hermano estaba al quite y contestó él, que sino, lo escabecho y me lo como, “Pues por que si hubiesen sabido lo que iba a pasar serían millonarios, papá!”
Comimos tranquilamente y el resto, pasó a la perfección
La boda a las 5 y media de la tarde con un sol de justicia en la Ermita de los milagros de Ntra Sra de Hornuez, con una celebración (no fue misa, menos mal) preciosa , entrañable y muy castellana. A la salida, sus compis del moto-club les hicieron el paseillo e hicieron rugir las motos, al final, estaba la de ellos adornada de boda. Precioso, de verdad. Les bailaron una jota castellana de novios y pasamos a las fotos.
Cuando acabamos con las fotos volvimos a casa a cambiarnos todo dios de zapatos y nos fuimos (con el coche de mi hermano) hacia el restaurante, no sin antes buscar una gasolinera para comprar una garrafa de 10 litros y llenarla, para llevársela a mi padre que se había quedado sin gasoil (la avería del tonto) . Tuvimos que parar en 3 antes de encontrar una que tuviese garrafas. Nos encaminamos hacia el pueblo en el que estaba el restaurante y nos equivocamos (jodeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrr) En la entrada de la autovía, mi maridín hace una pirulilla marcha atrás y nos damos la vuelta. Ale, a cambiar de camino. Cogemos el correcto y nos cruzamos con un todoterreno de gamberros que nos echan las luces y nos pitan mucho. Como no, los mandamos a tomar por el cu*o y seguimos hacia el restaurante Hotel El Prado de las Merinas. A 50 metros del Hotel, una gasolinera (jajajaja, me muero de la risa, este padre mío de que va?) Entramos los últimos a falta de los novios, vamos a la mesa donde están mis padres, mi niña que ve el estanque y que decide que lo mejor es lavarse en el los pies. Ale, que le da la risa a todo el mundo. Ella encantada y con el fresco del agua, se mea encima. En fin, llevamos bragas de repuesto, no problema. Llagan los novios, encienden una traca que queda preciosa, que hizo mucho ruido y que me puso el corazón en la boca y los pelos como escarpias
Entramos a cenar y todo divino. Tras la cena, entrega de detalles, presentación de su llegada a la celebración de la boda en power point en una pantalla gigante y agradecimientos varios. Comienzo del baile y canciones dedicadas a la gente importante en su vida
Amooooooooooooossssssssssss
Que me pegué to el día llorando
A las 4 y media de la mañana nos retirábamos, pero claro, había que recoger los regalos de mi hermano. Entonces es cuando aprovecho y le digo a mi padre que para que me hace buscar una gasolinera en la que vendan garrafas y llevarle 10 litros si en la puerta del hotel hay una. Y mi padre con cara de asombro me mira y me dice:”Pues por que me lo ha dicho tu primo, pero no me lo he creído!!!!”
Manda huevos!!!!!!!!!!!!!


Por cierto, el del todoterreno, era mi hermano Rolling Eyes

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